Entrevista- María de los Milagros Colón Cruz

“La raza es un tema poco abordado en la televisión colombiana”

Sergio Osorio dirige la serie “Kid Pambelé” inspirada en la historia de la leyenda colombiana del boxeo 

“Los clientes son morenos. No pueden ser morenos, necesitamos clientes blancos.” La plaza Bolívar en Cartagena estaba ocupada. Los trajes y los rostros pintaban otra década: 1968. El boxeador Antonio Cervantes Reyes 'Kid Pambelé'  no había ganado ninguno de sus dos títulos internacionales en la categoría peso welter junior o peso súperligero, y embolaba los zapatos de un cliente negro. Eran las 10:00 de la mañana del miércoles 4 de agosto de 2015 y el director insistía: “necesitamos clientes blancos”. Sergio Osorio lidera la serie del canal RCN. Se fija con precisión en los detalles: el sudor del boxeador -con la actuación de Jarlin Martínez-, un coco que no estaba en el mismo lugar, el lento caminar de los extras, el cigarrillo que no encendieron durante el diálogo, los clientes negros que debieron ser blancos.

“Aquí hay un reto muy grande y es hacer un dibujo sin maquillaje de lo que es esta historia, de la gente que viene de muy abajo y logra llegar de alguna manera a lo que esta sociedad considera un triunfo, y siendo de raza negra”.  El experimentado director explora técnicas para lograr un acercamiento mayor a una realidad que considera "invisibilizada", no sólo en la televisión colombiana, sino en el país. Por ello su propuesta estética incluye una imagen con colores tenues y una iluminación natural. Camina por la plaza con paso aligerado y una voz fuerte. “Ese carro que se mueva. Díganle que se mueva, daña la escena.” No duda en dar instrucciones ya que la tarea es difícil: jugar con la ficción para que el público no dude de una historia que posiblemente ya conocen. El creador de la reconocida serie La viuda de la mafia (2004)  busca la “naturalidad”, “que la gente se empape un poco de lo difícil que le ha tocado a la raza negra y del empuje que tienen muchas de estas personas para salir adelante”.

En el “dibujo sin maquillaje de ese universo” -que a la vez parece sentir muy lejano- toca hablar de tiempos difíciles; de la caída del héroe, de las drogas, la derrota, el dinero. Se mostrará esta etapa del boxeador "desde un punto de vista muy optimista porque indudablemente es un hombre que, como muchos, puede caer presa de esta condena horrible que es la droga, pero sale adelante.”  Cree que el pueblo colombiano no resentirá esta mirada, que es necesaria para acercarse a la realidad. No sonríe, voltea con frecuencia a las pantallas donde se muestran las cámaras que no dejan de filmar. 

No sonríe, pero juega con las risas. Apuesta con frecuencia a la comedia y al drama aunque esta vez “es diferente”. Asegura que las tragedias “están muy cercanas a la hilaridad cuando se ve desde afuera”. “Cuando hay una situación muy difícil con solo girar la perilla dos grados logras cierta comicidad”. Encontró un ejemplo “perfecto”: una escena del comediante británico Charles Chaplin en la que comía cordones “pensando que eran unos espaguetis deliciosos”.  La risa y el romance serán parte de la producción que seguirán rodando en Cartagena hasta el 19 de agosto.

Evade preguntas que desvíen la atención hacia su historia. Se enfoca en la serie, cuyo
fecha de estreno no ha sido confirmada. Se escucha decir a un miembro del equipo de producción que Osorio “está claro”. Que sabe lo que hace, que tiene todo puesto en su lugar; la estética, el contenido, el valor social y cultural de este proyecto. Osorio no quiere hablar de él, habla de Pambelé, de las cámaras y el sonido, de la raza y la risa; quiere contar otras historias en la pantalla chica como lo ha hecho desde 1995.

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