miércoles, 12 de agosto de 2015

Reportaje - Roa/Karina



La Virgen que se ausentó por un rayo
“No sé si valga la pena restaurar la imagen”, opina especialista

Tania Florez y Adrián Roa M.
Cartagena


Los restos de cirios y flores marchitas adornan el altar de la Virgen del Carmen, pero ella está ausente. La santísima cayó al agua después de recibir un rayo el domingo pasado. Una tormenta eléctrica la noqueó de una sola descarga. La estatua de ocho metros y cinco toneladas que vigilaba la Bahía de Cartagena está en el fondo del mar, hecha trizas.  
Monumento de la Virgen del Carmen antes y después

Los buzos de la Armada Nacional se sumergen tres metros durante cinco horas para rescatar las piezas. El obstáculo principal es el coral muerto. Trabajan con dragas y chorros a presión para destapar la zona. Sobre el buque de rescate se observan algunas pistas. Unos dedos de mármol del tamaño de un gigante pisan la superficie. “El peso de la estructura y la poca visibilidad debajo del agua están dificultando enormemente esta misión”, declaró Óscar Granados, sargento de la Infantería de Marina.

Para Eduardo Hernández Fuentes, director de Artes Plásticas de la Universidad de Bellas Artes, la estatua no tiene ningún valor artístico, estético, sino religioso. “No sé si valga la pena restaurar la imagen”, dijo en entrevista desde su cubículo. “Yo sugiero algo más contemporáneo, un símbolo más universal y menos referido a un culto religioso”.

Hernández Fuentes, con señas y gestos, propone la instalación de una luz láser digno del arte contemporáneo. “La luz es algo que nos une y no recuerda los conflictos religiosos pasados”. El especialista en administración de museos apuesta por la unión aunque las opiniones se polaricen: por un lado, los escépticos aseguran que Dios, a través del rayo, derrumbó la Virgen para evitar la adoración de imágenes. Y por el otro, los devotos que cada 16 de julio navegan hasta los pies de la estatua para rendirle homenaje: una misa, un ramo de flores, un ‘milagrito’; ellos esperan su reconstrucción.

El alcalde de la ciudad, Dionisio Vélez, quien al final de cuentas tiene la última palabra, anunció la restauración de la imagen en su cuenta de Twitter. Su esposa, María Victoria Donado, será la encargada de recaudar los fondos para la operación. Hasta ahora son sólo buenas intenciones pues se debe esperar a que todas las piezas del rompecabezas estén sobre la mesa.

“Si se encuentran los elementos formales de la estatua (cabeza, torso, brazos) entonces se puede armar, de lo contrario caeríamos en un falso histórico”, declaró Salim Osta Lefranc, restaurador de Bienes Culturales en el Museo Histórico de Cartagena. Se le llama Proceso de Anastilosis a la técnica de reconstrucción de un monumento. Según el especialista se trata de un estudio lento y costoso pero efectivo para conservar el bien patrimonial. “En Colombia se tiene poca valoración por el patrimonio cultural. Espero me equivoque esta vez”. De no hallarse las piezas completas la mejor opción, según Osta Lefranc, sería hacerla de nuevo.

La estatua obedece a una tradición que llegó desde España en 1958. La Virgen se instaló para entonces en el Baluarte San Lorenzo, al final de la calle del Arsenal, de espaldas al mar. En 1983, la iniciativa de la Arquidiócesis de Cartagena la trasladó en grúa flotante a la mitad de la bahía, sobre un arrecife, donde tuvo una vista privilegiada hasta que el rayo la tumbó.

La Virgen del Carmen es la patrona de navegantes y pescadores, es la protectora de quienes se aventuran en el mar. Enrique Villero, pescador, se le encomendaba antes de salir en su bote cada mañana. “Me enteré por Whatsapp, algunos compañeros comenzaron a decir que se había caído”, comentó el lanchero de 28 años.
Procesión de la Virgen del Carmen el 16  de julio de 2015.

Villero lo dice con nostalgia: “cada vez que uno mira para allá es como si viera un mocho, es un monumento que uno está acostumbrado a ver, en estos días hace falta”. El pescador alza el brazo para persignarse: “virgencita ayúdame y protégeme por donde vaya”.

El Arzobispo de Cartagena, Jorge Jiménez Carvajal, al igual que la mayoría de los ciudadanos, quiere saber si se puede reconstruir la estatua. Jiménez envía un mensaje a quienes vieron caer uno de los símbolos más representativos de la ciudad: “nos queda decirle a los cartageneros que sigan confiando en la Virgen”, la que se ausentó por un rayo.









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