Ferguson no olvida la
muerte de Michael Brown
Protestas dejan seis heridos en el primer aniversario del fallecimiento del joven negro
Washington. La paz y el silencio que marcaron ayer en la
mañana el aniversario de la muerte del joven negro Michael Brown a manos de un
policía blanco en Ferguson (Misuri, EE.UU.), contrastaron con los seis heridos
al final del día, cuando la manifestación se tornó violenta. La muerte de Brown,
el 9 de agosto de 2014, desató los peores disturbios raciales en décadas y
abrió un nuevo capítulo en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos.
Brown fue asesinado cuando iba desarmado con varios disparos por el agente blanco Darren Wilson en circunstancias por esclarecer, pero un gran jurado decidió que no había pruebas suficientes para imputar al policía.
Cientos de personas se congregaron ayer en Ferguson a las 12:02 hora local (2:02
de la tarde en Colombia), la hora en la que fue asesinado el joven; y
mantuvieron cuatro minutos y medio de silencio, por el tiempo que permaneció su
cuerpo tendido en la calle tras fallecer. La conmemoración comenzó a las
puertas de los apartamentos Canfield Green, donde falleció Brown, y prosiguió
con una marcha sin incidentes por la avenida West Florissant, epicentro de las
protestas que siguieron a la muerte del joven. Al final de la marcha, liderada
por su padre Michael Brown Sr., se echaron a volar dos palomas.
En Ferguson, antes de la medianoche la protesta se tornó violenta y hubo varios enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía local. El que más grave se encuentra es Tyrone Harris Jr. (18 años), quien fue herido tras abrir fuego contra un vehículo policial en el que habían cuatro detectives sin uniformes, informó John Blemar, jefe de la Policía del condado de Saint Louis.
Dos jóvenes, de 17 y 19 años, fueron atacados por un hombre con capucha roja que les disparó en varias ocasiones desde un vehículo, según informó la Policía. Tres agentes también resultaron heridos, dos de ellos tras ser rociados con gas pimienta por los manifestantes. El otro recibió un corte en la cara cuando le arrojaron una piedra afilada y fue trasladado a un hospital.
La Policía detuvo a cuatro personas tras las protestas: un hombre de 27 años por un cargo relacionado con el uso de armas, y tres jóvenes de 17, 21 y 27 años por interferir en la acción policial, de acuerdo con el diario St. Louis Post-Dispatch.
Desde la muerte de Brown la protesta racial se extendió iniciando en la pequeña localidad de Ferguson a más de 170 ciudades de todo EE.UU. con especial intensidad en Nueva York, Washington DC, y Los Ángeles. La más trágica expresión de ese malestar fue el asesinato a tiros de dos policías neoyorquinos, Wenjian Liu y Rafael Ramos, el pasado 20 de diciembre por un negro que quería vengar a los ciudadanos negros fallecidos a manos de policías.
El diagnóstico es unánime y coincide con el de hace medio siglo: tras décadas de lucha por los derechos civiles en EE.UU. persiste una desconfianza crónica entre la policía y las minorías. Los sucesos raciales de 2014 trajeron a la memoria colectiva otros similares, como el de Trayvon Martin: un adolescente afroamericano que murió en el estado de Florida hace dos años a manos del vigilante voluntario George Zimmerman, a quien un jurado declaró no culpable.
Andra Gillespie, experta en raza y política de la Universidad Emory (Georgia), declaró a Efe que "la muerte de Brown canalizó una permanente preocupación de los afroamericanos, que sienten que son el objetivo de la Policía.".
El reverendo Jesse Jackson, veterano líder del movimiento por la igualdad de los afroamericanos, dijo a Efe que "Ferguson fue un momento decisivo. Fue una
ejecución en público y el asesino fue puesto en libertad, lo que humilló a la
gente. Hubo manifestaciones masivas porque, como entonces, la gente decidió
actuar y resistir".
Protestas raciales. El caso de Brown desencadenó una movilización que forzó al Gobierno de EE.UU. a
situar la discriminación racial por parte de la policía entre las prioridades
de la agenda. La ola de disturbios que desataron las muertes de Brown y Garner
evocaron asimismo las violentas protestas raciales de los años sesenta y
evidenciaron que el debate de la raza en Estados Unidos está lejos de haber
sido superado.
Según una investigación del periódico 'The
Washington Post', 24 afroamericanos desarmados han muerto a manos de la
Policía estadounidense este año, casi la mitad de los 60 casos que
se han registrado en total en el país.
Algunas organizaciones han convocado para
hoy un día de desobediencia civil, tras los enfrentamientos de anoche, por lo
que los manifestantes podrían volver a las calles. El Gobierno de Barack
Obama esta ante uno de los grandes retos para el 2015: construir la confianza entre Policía y minorías. En este año tendrán
que sanar las heridas reabiertas en 2014 en un país con una dura y reciente
historia de discriminación racial. Con información de Efe
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